jueves, 19 de mayo de 2011

Salud Mental




Este tema fue abordado por nuestras compañeras Clara, Esperanza y Cristina. Decir que desde mi punto de vista, esta exposición ha sido una de las mejores, pues además de que nuestras compañeras mostraron un alto conocimiento del tema nos trasmitieron la temática de una manera muy cercana. Ni que decir tiene, que me impactó las imágenes que nos expusieron, por un momento sentí cual es la realidad de estas personas durante todo el día y a todas horas, me resultó impactante y doloroso sólo en un minutos cuanto más todo el día. El objetivo que perseguían mis compañeras de ponernos en la situación de estas personas lo consiguieron. Asimismo, aprendí bastante acerca del tema.

Como en todas las entradas empezaré explicando qué es enfermedad mental, entendida como un conjunto de trastornos mentales que se diferencian entre ellos por los síntomas que presentan, por el periodo de la vida en la cual se inician y por su evolución. Del mismo modo, es importante describir Salud Mental que, según la OMS se define como un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad. Estos dos conceptos a menudo se asocian pero podemos comprobar, que la salud mental engloba más ámbitos de la vida cotidiana como trabajo, entorno, familia…

Me gustaría seguir mi discurso siguiendo con la exposición de mis compañeras, por ello he de decir que hablaré de años anteriores.

Antiguamente la única institución que intervenían con estas personas eran los manicomios. Estas instituciones eran los únicos recursos que existían, donde no sólo iban enfermos mentales, sino cualquier persona que no se reconociera como una persona “normalizada” dentro de la sociedad.

Los hospitales psiquiátricos considerados manicomios estaban diseñados para ocultar los trastornos de conducta, además de tener fines más restrictivos que terapéuticos. Por tanto, deduzco que esta institución no trababa de ayudar a estas personas, sino almacenarlos en un lugar, siendo personas excluyentes de la sociedad, este era el único fin ya que se imaginaban que eran personas inútiles.

Estas instituciones cumplían dos funciones. Una de ellas era, como instrumento para dar respuesta al problema de la pobreza, la enfermedad o la marginación; y la segunda función, un medio de control social.
He visto un artículo de Ángeles Núñez, psiquiatra y ex superiora general de las Hermanas Hospitalarias, autora de “Cárceles de la locura”, un libro que recoge su visita a “manicomios” de todo el mundo, en lo que trató de recuperar la dignidad perdida en sus pacientes.
Antes de hablar de esta reflexión, tenemos que saber que los manicomios estaban dirigidos por la caridad y por aquellas personas con fe religiosa, más que por la comprensión de lo científico y social.

Esta autora explica que antiguamente se utilizaba las duchas frías, donde los enfermos estaban atados y no podía moverse; este hecho se hacía en el momento en el que un enfermo estaba pasando una crisis y al no tener medicación se utilizaban estos mecanismos como medicación llamados “curas biológicas”. Estos mecanismos que se servían como respuestas a una dificultad en el paciente, se utilizaba en todos los centros de enfermos mentales, por lo que esta mentalidad estaba generalizada.

Ángeles Núñez, visitó Portugal, Italia, Francia, Inglaterra, Irlanda, Colombia, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Brasil, Argentina, Perú, Chile, Santo Domingo, Méjico, Mozambique, y en todos y cada uno de las represalias eran las mismas para todos lo enfermos. Esta autora a pesar de tantos años y tantas luchas contra gobiernos e instituciones logró en algunos de estos países que esta mentalidad cambiara y permitió llevar condiciones dignas a muchos enfermos mentales.
En su libro “cárceles de la locura” expresa que la medicación y la percepción social de estas enfermedades mentales están evolucionando y por tanto las vidas de estas personas han cambiado, pues ahora pueden llevar una vida “normalizada”. Afirma que mejor cura que aquella rodeada de nuestra familia, nuestro entorno…

Como hemos visto, desde la antigüedad ya existían diversos estereotipos acerca de esta colectivo de personas, por lo que hoy día podemos comprobar que aún siguen primando la mayoría. Por tanto, las consecuencias que nos acarrean hasta nuestros días son: personas con trastornos mentales que perduraran para toda la vida; son personas inválidas; dan miedo; no son personas inteligentes; no tienen habilidades para integrarse en la sociedad, son personas con ausencia de control…

Pero, estas condiciones en las que se encuentran estas personas cambian en el momento en el que el avance en los medios de tratamiento y las organizaciones de derechos humanos, empezaron a promover una predisposición a la desinstitucionalización. Apostando en el siglo XVIII por un tratamiento moral y en el siglo XX por una verdadera corriente de reforma psiquiátrica.
Los pilares de dicha reforma fueron los siguientes:

- Destrucción del sistema tradicional de asistencia psiquiátrica.
- Nueva red de asistencia sanitaria.
- Mecanismos intersectoriales complementarios a la intervención sanitaria.
- Orientación más humanizada.
- Se empieza a hablar de terapia, antes que de medicamentos.

La nueva reforma psiquiátrica, los nuevos avances en los tratamientos y los modos de intervenir con estos pacientes, contribuyeron al concepto de salud mental que he mencionado anteriormente, además de los pensamientos que se tenían sobre estas personas.

Es importante saber que los trastornos de conducta y mentales lo padecen un 25 % de la población en algún momento de nuestras vidas, por lo que no es una enfermedad con la que has nacido o hereditaria, sino que en algún momento de tu vida por alguna razón como consumir drogas, alcohol… pueden derivar a ésta.

Además, es un trastorno que no entiende de edad, sexo, status social o contexto, sino que le puedo ocurrir a cualquier persona, rica o pobre.

Existen muchos tipos de enfermedades mentales, aunque no voy a nombrar todas, nombraré aquellas que más me llamaron la atención en la exposición:

- Esquizofrenia: personas con un grupo de trastornos mentales crónicos y graves, caracterizados por alteraciones en la percepción o la expresión de la realidad.
- Esquizofrenia paranoide: predomina las alucinaciones de tipo auditivas. Fue aquí, cuando nuestras compañeras nos reflejaron unas imágenes donde se expresaba como era el día a día de estas personas; además a una de nuestras compañeras que se ofreció voluntaria, le pusieron unos cascos de música donde ella no se enteraba de nada, las ponentes le hablaban pero no podía escuchar nada. La conclusión que sacó nuestra compañera fue que “ella no podía vivir así”, que era horrible.
- Trastorno bipolar: se trata de estados de ánimos y los niveles de actividad donde están profundamente alterados, de manera que la alteración consiste en una exaltación del estado de ánimo y un aumento de la vitalidad y del nivel de actividad; o una disminución del estado de ánimo y un descenso de la vitalidad y la actividad dando lugar a la depresión.

¿Qué características psicosociales presentan estas personas? Son personas que muestran baja autoestima, inseguridad, carencias afectivas, baja capacidad de autocrítica, dificultades para diferenciar entre el bien y el mal, aislamiento, apatía, poca concentración, deterioro de habilidades sociales.

Un aspecto importante, es que Andalucía fue pionera en la puesta en práctica de los nuevos recursos en los que se basa actualmente la reforma psiquiátrica ¡Por fin, somos los primeros en algo! La situación actual de la atención a la Salud Mental está recogida en el decreto 20 de Diciembre de 1988 de la Consejería de Salud y Servicios Sociales de la Junta de Andalucía.

Centrándonos en los recursos disponemos de:
- Los Servicios Sanitarios Generales.
- Los equipos básicos de Atención Primaria.
- Los equipos de Salud Mental de los Distritos de atención primaria.
- Unidades específicas de Salud Mental: unidades de salud mental comunitaria (USMC); unidades de rehabilitación de salud mental (URSM); unidades de salud mental infanto-juvenil (USMI-J); unidades de hospitalización de salud mental (UHSM).
- Unidades de carácter experimental: Comunidades terapéuticas de Salud Mental (CTMS); hospital de día de Salud Mental (HDSM).
- Recursos de apoyo social: F.A.I.S.E.M (Fundación Andaluza para la integración social del enfermo mental).
- Otros recursos de carácter no sanitarios: Fundación Tutelar NADIR; Asociación de allegados de enfermos esquizofrénicos (ASAENES); Federación Andaluza de Asociaciones de usuario de Salud Mental (EN PRIMERA PERSONA).

Podemos observar, que existen múltiples recursos que intervienen con este colectivo, pues es evidente que se requiere de instituciones para poder ayudar a estas personas en sus vidas, además de todo el apoyo que deben recibir puesto que sabemos que estas enfermedades no tienen curan pero, si existen mejoras a través del tratamiento y del apoyo familiar y social.

Nuestras compañeras, para realizar la aplicación práctica se acercaron a la Comunidad Terapéutica Santa Clara, donde se dirigen a personas con trastornos de enfermedad graves (TMG). Esta comunidad depende del Servicio Andaluz de Salud, siendo un centro mixto sin edad limitada.
Estos usuarios por lo general son usuarios de “puerta giratoria”, pues son consumidores de los servicios que existen para ellos. Las características de los usuarios que se encuentran dentro de esta comunidad son: normalmente son usuarios de larga evolución, presentan un deterioro mental importante, son personas con altas dependencias y una fuerte desadaptación sociolaboral.
Dentro de esta comunidad se trabajo con un proyecto individualizado de Tratamiento, pues cada persona es aislada y no tiene por que presentan características similares a los demás, por ello cada persona debe tener un tratamiento asignado acorde a sus particularidades.
En esta Comunidad Terapéutica se trabaja a través de tres programas siendo estos, hospitalización completa 24 horas, hospital de día, programa comunitario.
Resumiendo, esta comunidad terapéutica no sólo trabajo con el problema mental del usuario, sino que además se ahonda en sus raíces sociales, por tanto se le presta una atención biopsicosocial.

Por último, decir que el educador social juega un papel importante en la intervención con estas personas, pero aún no esta reconocido como tal.
Los educadores sociales como profesionales pueden desarrollar diversos trabajos que ayudarán en la medida de lo posible a la mejoría de estas personas. Algunos de estos trabajos pueden ser: llevar a cabo proyectos educativos, dinamizar actividades y talleres socioeducativos, detección de los problemas de índole social desde el punto de vista socioeducativo, atención a las familias de los usuarios… entre muchos otros.

Por ello, es imprescindible sensibilizar a la sociedad y a ciertas instituciones de que el papel del educador social es primordial en las vidas de estas personas ya que es necesaria para la integración (junto con otros profesionales, familias…) de dicho colectivo.

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