sábado, 4 de junio de 2011

Intervención socioeducativa en entornos carcelarios


Las sesiones del 18 y 25 de Mayo, estuvieron dedicadas a la intervención socioeducativa en los centros penitenciarios, aunque cada grupo lo abordó de manera distinta.

Explicaré brevemente el recorrido histórico de los centros penitenciarios. He de decir que yo formaba parte del segundo grupo, por lo que no me adentraré tanto en la temática en sí, sino más bien en mi experiencia como parte del grupo y como grupo de exposición. Aún así, empezaré hablando sobre las cárceles.

El Derecho penal siempre ha estado en crisis. El hecho de que un grupo de personas se encuentren en privación de libertad, ha generado diferentes debates y polémicas sobre la existencia de la cárcel. Estos debates han ido encaminados a las repercusiones que existían después de haber ingresado en la cárcel, es decir, a los estigmas que provocaba el hecho de ser un expreso. Los estigmas provocaban multitud de problemas no sólo para los carcelarios, sino para sus familias, amigos, vecinos… es decir para la sociedad en general.

Desde sus inicios, la prisión (una institución relativamente novedosa), fue creada con el fin de ser un instrumento de castigo, represión, de escarmiento y de protección para la sociedad. Las características de estos espacios eran penosos, generalmente mazmorras subterráneas o construcciones abovedadas en las que poco o nada se respetaba la condición humana del preso.

Con el desarrollo de la historia, estos pensamientos han ido cambiando, aunque la función que deberían de cumplir como la reinserción y la implantación de un tratamiento penitenciario adecuado a los presos, no está siendo del todo efectiva por parte de las prisiones.

Actualmente, según indica el artículo 25.2 de la Constitución Española “las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social y no podrán consistir en trabajos forzados”.
Encontramos en este espacio, según las teorías, multitud de deficiencias en cuanto a higiene, educación, trabajo, ocio… Si es cierto, que existen muchos estigmas de cara al exterior en la búsqueda de empleo, pero también es cierto que la prisión ha dado un giro de 90º, evolucionando favorablemente, apostando por la reinserción de los presos.

No obstante, si que existe dentro de la cárcel un problema fundamental, el cual siempre ha existido, y parece que nunca tendrá fin, el tráfico y consumo de drogas.

La mayoría de los presos, que ingresan en la cárcel lo hacen por motivos de drogas. Ya, antes de entrar traen consigo el problema de drogadicción por lo que necesitan de ésta para sobrevivir dentro de la cárcel. El consumo de drogas dentro de la cárcel, proporciona al preso un mecanismo de defensa y evasión, para no darse cuenta de la realidad que esta sufriendo.

Además, de la consecuencia tan grave que acarrea el consumo de drogas como es la muerte, produciéndose por diversas causas, bien por sobredosis, bien por consumo de droga adulterada o bien las que se provoca por ajustes de cuenta en caso de deudas.

El tráfico de drogas supone Poder, de manera que el poder adquisitivo de aquella persona que tráfico con droga dentro de la cárcel aumenta; además de ser persona con reconocimiento dentro de la cárcel.

El tráfico de drogas existe no sólo entre el colectivo de presos, sino incluso, con los propios profesionales del centro. La droga ofrece mucho dinero, por lo tanto la corrupción dentro de la cárcel es evidente, a nadie le conviene su anulación, si muchas personas se benefician de ellas. Por lo tanto, pienso que es un problema que siempre existirá.

La introducción de la drogas se hace a través de las propias familias cuando vienen de visita, de los mismos presos cuando regresan de los permisos, desde el lanzamiento de paquetes de sustancia desde el exterior al patio o incluso desde los propios funcionarios.


Como veis, me he centrado más bien en el tráfico y consumo de drogas, pues se trata del tema que yo y mis compañeras trabajamos.

A continuación, me centraré en mi experiencia como integrante del grupo. Hablaré de la última sesión, pues la primera exposición fue más teórica y la segunda un poco más práctica, ya que contamos con la colaboración de integrantes del centro FADAIS.

La realización de este trabajo me ha supuesto muchos aspectos positivos en mi formación académica y profesional, además de muchas situaciones gratificantes en el desarrollo de éste. No obstante, la idea tan negativa que tenía sobre este colectivo, ha cambiado por completo, hasta el punto de querer interesarme como un posible trabajo futuro.

A medida que hemos avanzado con el trabajo, he ido aportando mi experiencia en el blog, y ahora toca exponer mi experiencia sobre el día de la exposición de grupo.

Verdaderamente, llevábamos con ese gusanillo en el estómago desde varios días atrás. El día anterior a la exposición nos reunimos todas, con el fin de hacer un rol play y preparar la exposición para que no surgiera ningún problema al día siguiente. Este día, ya nos notamos todas muchos más nerviosas por el resultado de la exposición.

Al mismo tiempo, el grupo se tranquilizaba ya que contábamos con la ayuda 2 profesionales del centro FADAIS (directora, Paqui Coronel y Lucas, educador social) y 3 usuarios de FADAIS (Rafael, Cristóbal y Estefanía).

Mis compañeras Inma y Ana, tenían contacto con esta profesional, por lo que se ofreció desde un primer momento a transmitir su experiencia al resto de nuestros compañeros. Nunca perdimos el contacto con ella, para que supiera y no se le olvidará de la cita que tenía programada el 25 de Mayo en la Universidad Pablo de Olavide.

Paqui, cada día mostraba más interés por este día. Considero oportuno que asistieran a la ponencia 3 usuarios de FADAIS, para que nos contaran sus experiencias dentro del centro y centro de prisión.

Me alegra saber, que en estos centros, la figura del educador social es reconocida como tal, de forma, que podemos aplicar los conocimientos aprendidos a la práctica, adquirir experiencias y formar parte de la plantilla de los centros penitenciarios. Lucas, el educador social de FADAIS, nos estuvo explicando su trayectoria en el centro, de tal forma que nos expresó su positivismo, y su alegría por ir cada día a trabajar. Le agrada la idea, de estar trabajando con gente que le aportan muchas situaciones agradables a su vida.

La experiencia que me llevo de todo esto es gratificante para mi curriculum, ya no por el hecho de haber estado presente en la ponencia, sino por saber que se apuesta por la reinserción de este colectivo.

Uno de los usuarios, transmitía un sentimiento muy positivo a la clase, en cuanto a la prisión, pues decía que allí dentro ha aprendido mucho, y es a través de ella donde ha obtenido el graduado escolar y que le ha dado ánimos para seguir formándose. Afirmaba, que la gestión de las medidas había evolucionado para bien dentro de la cárcel.

Por último repetir, que el grupo, está muy agradecido por la intervención de FADAIS, pues muy pocas veces podemos contar con la ayuda de estos intervinientes en nuestras clases y actos como estos tenemos que apreciarlo bastante.

Puntualizar, que espero que haya servido la exposición y la puesta en común, pues a nosotras como grupo nos ha permitido ahondar más sobre este colectivo, y creo que ese era el objetivo del trabajo.

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